La conectividad de un país depende de un cable de cuatro centímetros de diámetro
En plena era de tecnologización y transformación digital, nos sumergimos bajo el mar para explicarte cómo funciona la conectividad en la Argentina y por qué puede fallar.
Es desesperante cuando de un momento a otro nuestros dispositivos se desconectan y nos demuestran que el puente virtual que nos une se puede romper en un segundo: reuniones y clases virtuales, películas o transacciones bancarias, todo parece depender de la magia etérea de la conexión.
Sin embargo, la realidad es un tanto más rústica de lo que parece. El 97% de las conexiones del mundo está provista por medio de cables que miden cuatro centímetros de diámetro cada uno y que transportan, bajo mar y tierra, el poder de la conectividad, es decir, Internet.
Aquello etéreo y super futurista que nos hace pensar en que todo está en una nube, pende de ese cableado que, visto de lejos es complejo, aunque visto de cerca, no aparenta tener el poder que realmente tiene.
¿Hacia dónde van estos cables? ¿Dónde está el enchufe? En el mundo entero existen servidores físicos que proveen el espacio en la nube. Así es, la nube es más terrenal de lo que creíamos.
Las Toninas, capital nacional de Internet
Un manojo de cinco cables llegan a la Argentina para proveer al país de Internet por fibra óptica. Estas maromas fueron identificadas como: Atlantis-2, Bicentenario, Malbec, South America-1 (SAm-1), South America Crossing (SAC), Tannat y Unisur.
Todos entran por una unidad colocada bajo el mar, y se extienden hacia las playas de la ciudad balnearia Las Toninas, el lugar elegido a mediados de los noventa por distintas empresas de telecomunicaciones, otorgando al país el acceso al mundo online.
La elección de esta ciudad no fue azarosa, sino que fue indicada como la mejor locación por su suelo arenoso que libra a los cables del contacto con cualquier resto marino o, incluso, con algún accidente que puede provocar el tráfico de las embarcaciones: Aguas tranquilas, conexiones seguras.
Sin embargo, el detalle de la elección del lugar es lo que hace al peculiar hecho de que las conexiones estén expuestas a diferentes contratiempos: el golpe de un ancla de un barco o la falta de mantenimiento podrían hacer tambalear el servicio de toda una nación. De hecho, es sabido que, aunque Las Toninas es la capital nacional de Internet, experimentan más fallas que en el resto del país.
El misterio como método de seguridad
Para que ese bunker que recibe los cables que llegan del resto del mundo con los filamentos de fibra óptica que permiten la conexión sea seguro se implementaron diferentes medidas.
La más llamativa es el misterio alrededor de la ubicación real de la base que recibe el cableado. Desde CenturyLink, la compañía que administra el servicio desde un cuarto de 4000 metros cuadrados, afirman que este es el método por el cual protegen la base de un posible saboteo que deje al país sin Internet. Aún así, otro anillo que rodea todo Latinoamérica también daría servicio en Argentina.
Sin embargo, esta no es la única opción. Una fuerte inversión en infraestructura no sólo generó las condiciones necesarias para que el cable submarino permanezca seguro, con una coraza de cemento que lo protege de los accidentes.
Además, el cable es monitoreado constantemente porque hasta una mordida de un bicho del mar podría arruinar los planes de varias personas sobre la tierra. Cuando el cable llega a CenturyLink, éste otorga el resguardo al proveedor que entregará el servicio al usuario final.
Es decir, son tantos los pasos por los cuales nuestra conexión está expuesta a diferentes interrupciones. Bastará visualizar nuevamente el mapa global para notar, además, cuántos cables llegan a esta parte del mundo en relación a las conexiones que unen -sólo por dar un ejemplo- Estados Unidos con Europa.
Pero esto no es todo, también el cable conductor está compuesto por diferentes capas diseñadas con los materiales que aíslan y protegen la fibra óptica, propiamente dicha.
Aquí estaría bueno mostrar la imagen que tiene el sitio de TN o la de La Nación, con las partes, poniendo en el epígrafe: Imagen de TN.com.ar ó La Nación, según cuál elijas. La mejor opción sería tener una hecha para tu blog.
Finalmente, tres ingenieros escoltan la “buena conectividad” del país, más el personal de seguridad que cuida las instalaciones. Parece increíble que la magia de Internet esté resguardada en un misterioso sitio dentro de las aguas tranquilas del balneario Las Toninas.
Parece irreal que, cada vez que hablamos de transformación digital, tengamos que necesariamente hacer referencia a que dependemos de un cable.
Por esta razón siempre es conveniente recordar que somos parte de un mundo en constante evolución. No todos evolucionan de la misma manera y en el mismo ritmo, pero sí todos estamos expuestos al mismo accidente si un día ese cable se desenchufa.
El mejor consejo amigo: Nunca te olvides de tener un backup físico de tus archivos más importantes.